Carnaval en Pipa
El Carnaval es la fiesta popular más celebrada de Brasil y ciertamente cuando pensamos en Carnaval, enseguida pensamos en escuelas de samba, bloques de calle, ritmos como folia, afoxé, maracatu y un largo feriado.
Pero usted sabía que el origen de esta fiesta tan brasileña es más antigua que nuestra propia nación? El Carnaval tiene sus orígenes en la Mesopotamia, Grecia y Roma antigua, de donde viene también el nombre en latín de “carnis levale”, que significa retirar la carne, pues esta fiesta popular estaba relacionada con el ayuno durante la cuaresma y el control de los placeres carnales.
En Babilonia las festividades tenían carácter de subversión social a través de la comedia, que permitía el juego de transformación temporária de un ciudadano común en rey, de un noble en prisionero, de un hombre en mujer y por algún momento los populares y nobles podían olvidar las diferencias sociales jugando de forma desinhibida y libre. El lado de la sensualidad y de la entrega a los placeres de la carne presentes en el Carnaval pueden tener sus orígenes también en los bacanales greco-romanos, fiestas marcadas por la embriaguez, pues eran dedicadas a Baco, el dios del vino.
Tales fiestas eran paganas, pero sufrieron influencias religiosas, con algunas características en común entre ellas, sea por la época celebrada y por la inversión de papeles sociales, o por el eterno baile entre purificación religiosa y la entrega a los placeres mundanos.
Con la creación de la cuaresma por la Iglesia, las fiestas pasaron a ser en los días anteriores al período religioso. La idea era mantener una fecha para que las personas cometan sus excesos antes del período de sacrificios religiosos.
El Carnaval acabó ganando características propias en nuestro país a partir de la mezcla de razas y creencias que aquí ocurrieron desde la época de Brasil Colonial. El “Entrudo”, por ejemplo, era una fiesta de orígen portugués traída a Brasil durante la colonización y que acabó siendo practicada también por los pueblos esclavizados. Registros de populares saliendo por las calles con rostros pintados de blanco, tirando harina y agua con aromas en las personas datan del Siglo XVII. Era una fiesta donde afloraba también la subversión social, la sensualidad, la violencia y la embriaguez.
Por ser una fiesta popular pagana y por haber ganado vida propia en Brasil, en especial a través de las camadas sociales oprimidas, el Entrudo tuvo sus días de prohibición y la elite de la época pasó a celebrar las fiestas en bailes cerrados, influencia francesa, con danza de salón acompañada por ritmos como polka y maxixe (tango brasileño). La prohibición no duró mucho tiempo, ya que pronto fue engullida nuevamente por la turmas de calle y de las masas, donde en Río de Janeiro del inicio de los años 20 se introdujo el concepto de escuelas de samba y bloques carnavalescos con elementos competitivos entre ellos.
Los ritmos que acompañan los días de fiesta tienen raíces en común, pero pueden variar bastante de región a región engrandeciendo la riqueza del Carnaval brasileño. En Frevo y Maracatus pernambucanos, en el Tambor de Crioula maranhense, en el Batuque de Umbigada paulista, en el Jongo carioca, en el Carimbó paraense, Samba de Roda del bahiano o en el Coco de Zambê de Tibau do Sul, el Carnaval es brasileño y nadie queda afuera.
El Zambê
En nuestra región, tenemos un ritmo popular auténtico que tenía gran evidencia durante los carnavales más antiguos. Danzando de dos en dos, el Coco de Zambê es regido por un tambor llamado Zambê, de tronco largo y pesado, cargado en medio de las piernas del maestro cantante que dicta el ritmo y los cantos, acompañado de los animadores, bailarines y tocadores también de tambor llamado Chama un poco más corto y ágil, que varía en el contratiempo de Zambê y son ambos hechos de hueco del tronco del cajueiro, jaqueira, cajarana, cocotero o jenipapo (todos árboles). El cuero del chivo estirado en la extremidad y calentado en la hoguera afina y mantiene los tambores animando el ritmo hipnotizante, con el auxilio también de una lata golpeada, al sonido de cantigas y letanías que hablan del día a día de los antiguos pescadores y habitantes de la región. Los Zambês de esas tierras animan muchas noches a la orilla del mar o a orillas de la laguna, al lado de la hoguera, de los quitutes (comida típica de la región) y de una buena cachaça, los cantantes pasaban toda la noche cantando, tocando el tambor y bailando frenéticamente. Sus orígenes se asemejan a ritmos y tradiciones venidas de los pueblos Bantus esclavizados traídos de las regiones del Congo y Angola durante el régimen esclavista. El Zambê es hoy uno de ellos entre nuestras raíces más auténticas y resiste en pequeños núcleos regionales con los maestros que aún sobreviven.
Miércoles
En Tibau do Sul y en la Playa de Pipa, antes de la llegada fuerte del turismo en la última década, nuestra región permaneció como un lugar calmo durante el feriado, sin gran tradición carnavalesca o bloques de calle, el turista que aquí venía, por justamente huír de los tumultos de los grandes centros urbanos, buscaba descanso en un lugar paradisíaco y tranquilo.
Como actualmente la mayoría de los moradores trabaja con el turismo, los días que anteceden al miércoles de cenizas son los días que todos aquí trabajan duro para atender la alta demanda turística, siendo que entonces cuando llega el esperado miércoles de cenizas (último día del feriado) es declarado oficialmente el día de fiesta para todos.
La tradición es que los hombres se visten de mujeres y las mujeres se visten de hombres. De ahí nació el bloque de calle más tradicional de Pipa y que por muchos años fue el único, el famoso Bloque de Yahoo! Éste tuvo origen con el gran Deepesh que era dueño de uno de los primeros restaurantes de la villa y que organizó el bloque para animar y unir a todos en la pequeña aldea de pescadores que fue la Playa de Pipa una vez. Hoy en día, más de dos décadas después, el Bloque de Yahoo! reúne cada año más y más personas de todos los niveles sociales y lidera la fiesta del miércoles de cenizas, con el cortejo cruzando toda la Av. Bahía de los Golfinhos hasta llegar dentro de la Boate Calangos (discoteque).
Otras manifestaciones aleatorias pueden también aparecer en medio de la multitud de la calle de Pipa, como los bloques de los indios de Bahía de Traição y los Papangús próximos a las entradas, que ayudan a componer un carnaval rico y diverso. Hace poco tiempo, otros moradores comenzaron a animar los juegos de la calle y se organizaron en nuevos bloques como el Bloque de Ursa y las Priquiteiras que cada año ganan más fuerza y adeptos y pasa a ser parte de una tradición carnavalesca regional relativamente nueva y bien mezclada.
Hoy en día si usted quiere tener descanso tiene, pero si quiere fiesta también tiene y es una fiesta de la buena que nos lleva a los buenos tiempos de los carnavales de calle.
Por Isaac Ache. Texto original publicado en la Revista Bora - Edición 15 - Feb / Mar 2015