Colibrà - El pájaro más visto en Pipa
No hay cómo no quedar encantado con las apariciones del “Beija Flor†asà llamado en Brasil, en español “ColibrÃâ€. Veloz, llega como si fuese un rayo. Moviendo sus alas de 50 a 80 veces por segundo, aparece y desaparece en un abrir y cerrar de
Se lo puede observar sólo en América del Sur, del Norte y Central. De las cerca de 320 especies existentes, la mayoría se concentra en América del Sur y casi la mitad es encontrada en Brasil.
El colibrí llama la atención al comenzando por su pequeño tamaño. En el libro Guinness de los récords, es citado como la ave brasileña más pequeña. Su corazón es responsable por cerca del 15% del volumen total del cuerpo, ésta proporción es la mayor entre todos los animales y llega alcanzar los 1800 aleteos por segundo. Para dormir, él se posa en una rama y entra en un estado de torpor, reduciendo sus palpitaciones cardíacas sólo a 30 veces por minuto.
Su exclusiva articulación “suelta” le permite desviar el vuelo en cualquier ángulo; volar de cabeza para abajo y dar marcha atrás. La característica más marcada de los colibríes es que ellos pueden volar en un punto fijo, parando en el aire girando las alas en forma de ocho (el símbolo del infinito).
Los colibríes no consiguen caminar o saltar, siendo que sus patas tienen como único objetivo agarrarse al nido, muros o acantilados. Es una especie solitaria de selva virgen y secundaria.
La danza nupcial es rica de movimientos y sonidos. Sus huevos no son mucho más grandes que una arveja, su nido cabe en una cuchara de té.
Los colibríes son atraídos por flores campanuladas y de coloración amarilla y roja como "hibisco", “brinco de princesa”, “camarão vermelho”, entre otras. Al absorber el néctar, promueven la polinización - desplazan el polen del órgano masculina de la flor hasta el órgano femenino de ella, fecundándola. Cinco segundos bastan. La lengua, hueca en el centro, funciona como un sorbete y da velocidad a la aspiración. Junto con el néctar, ingieren insectos. En otras oportunidades, cazan ese alimento rico en proteínas.
Si usted gusta de dejar recipientes con agua azucarada para atraer colibríes, es fundamental lavarlos con cloro por lo menos una vez por semana para eliminar hongos y bacterias que se acumulan. Si usted no hiciera eso, las bacterias pasan para la lengua del pequeño pájaro y ella se acaba hinchando, matando al colibrí asfixiado.
El colibrí tiene valor simbólico en varias culturas. Los Aztecas creían éstos eran la reencarnación de los mayores guerreros, que era como un espíritu, un ser que transitaba entre esta materia y el universo espiritual. Tal vez por ser criaturas tan libres y bellas y por la mágica manera de volar hacia arriba, hacia abajo, para los lados y lo impresionante: consiguen estar parados en el aire.
Según el chamanismo, el colibrí nos enseña la suavidad de vivir, es un símbolo de alegría, de cura y de suerte. Dicen que el colibrí es una claridad, tenerlo cerca es un acto de gracia, una protección espiritual. Él también predica el amor por la libertad, muriendo rápidamente si se lo mantiene en cautiverio, pues precisan estar libres para cumplir su misión.
Por Silvia Alberti. Texto originalmente publicado en la Revista Bora – edición 06 – Jun/Jul 2014